2.

Por fin me mira. 

Ya era hora.

Disimulo.

Estoy en el tren, llegando ya a mí destino. Voy al mercadillo, a ver...

Me llama. Ahora no. Ya sabe que lo nuestro es sólo sexo. 

Y ese hombre me mira. Se parece a él... Es él. El abogado. Mi abogado del diablo. Lo conocí en Madrid, pero no le volví a ver. Bueno, no lo volví a ver solo. Hoy sí. ¿Le pregunto acerca de la hora, o tomar un café si está sólo? Ahora no se lleva eso, es todo app, informática, tests de programas, amistades de amistades...

Se acerca. Ay madre. Esto no es sólo excitación, y no es sólo atracción, es tan guapo, atlético, interesante. Qué bien viste. Podría  ser el padre de mis hijos. ¿Con boda y luna de miel? Y más. Con él, no sería sólo sexo...

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